ADIÓS, V


Sabes que algo está cambiando cuando miras a tu alrededor y ves que nada es ya como antes, como hace unos días, unas semanas, unos meses. Las flores empiezan a caerse con los primeros azotes del viento, empiezan a verse y sentirse las primeras tormentas de los que será un futuro inminente. El olor del ambiente ha cambiado, tú ya no estás. Te das cuenta una tarde en la que después de pasarla entera leyendo uno de esos libros que te transportan a otro lugar y otro momento te apetece salir y encontrarte con ÉL, pero en lugar de eso sales y ves que se está yendo sin decirte adiós, sin apenas hacer ruido.

Es entonces cuando empieza tu yo más melancólico a decirte que él ya te lo había avisado desde el principio, que un día te ibas a despertar y ya no estaría; pero mientras eso pasa tu yo más positivo te dice que no pasa nada, que después de la tormenta viene la calma, que todo pasa por algo y que ya volverá, pero que ahora es momento de mirar al frente y ver todo lo que se viene y que todo será mucho mejor...

ÉL te ha dado, quizás, los mejores momentos, las mejores risas, la sensación de volver a estar en casa, tu casa. Las mejores noches de película y muchas risas cómplices, las mejores tardes de series que nunca acababan, las tardes de meriendas que al final empalmaban con cenas hasta las tantas, días enteros de compras hasta encontrar ESE vestido que buscabas para ESE viaje que solo con ÉL podrías hacer.

Y es que, es eso, ha cambiado algo. No sé cómo explicarlo, quizás tu sientas  lo mismo que yo.
Ahora toca decir adiós a toda esa ropa que ya parece que no pega sin ÉL y que siempre te recordará a ÉL, adiós a esas pulseras que te ha ido regalando a lo largo de los meses, adiós a ese moreno que habías cogido en la playa y que tanto te recuerda a ÉL (ya se empiezan a ver esos pequeños pellejos en la zona quemada que tanto te dolió y de la que tanto se rio). Adiós a esas tardes de aire acondicionado porque no podíais ni salir a la calle del calor que hacía.

Aunque se estuviera yendo aún lo puedes retener unas semanas más, unas semanas en las que lo quieres solo para ti. No te puedes creer que se vaya a otro lugar, pero como bien tu sabes: volverá. Quizás sea lo mejor, que se vaya un tiempo, que puedas respirar tranquila. Todo lo que viene ahora es mucho mejor, sin duda. Vendrán nuevos momentos que vivir, nuevos amigos que el frío traerá y nuevas anécdotas que contarle cuando ÉL vuelva que seguro le harán reír como nunca. Y es que seguro que las risas con las que vendrá te harán muy feliz porque tú ya habrás acabado los exámenes o estarás en ello, ya habrás entregado esos malditos trabajos que tanto dolor de cabeza te han dado y estarás deseando de volver a encontrarte con él desde abril.

El caso es que con la llegada de septiembre todo se veía venir, su adiós era inminente y es que ÉL no iba a durar para siempre, todo acaba y ÉL también, sino sería todo muy monótono y aburrido ¿no? A algunos les pone tristes su pérdida a otros no. Y es que el VERANO nunca se va a gusto de todos ¿no?

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